jueves, 17 de julio de 2008

Festival de Jazz de Vitoria

Ayer tuve mi cita anual con el Festival de Jazz de Vitoria, que este año cumple su 32ª edición. Suelo ir todos los años a uno o dos conciertos, porque mi economía no da para más. Otros años he visto y escuchado a monstruos como a Bobby McFerrin, Paco de Lucía, Take 6, etc. La verdad es que aunque no entiendas demasiado de jazz, el Festival de Jazz de Vitoria ofrece conciertos bastante variados y se hace muy ameno, lo cual supongo que es una de las claves del éxito de este festival (además de las curradas del sr. Iñaki Añua).

Bueno, pues como os contaba, ayer fui a una doble sesión, en la que participaba Javier Limón y su banda por un lado y Chucho Valdés Quintet acompañados por Bebo Valdés, por otro.

No conocía a Javier Limón (soy un ignorante en muchos temas) y he de reconocer que su concierto me gustó mucho. La verdad es que el hombre tampoco es que se luciera demasiado con la guitarra porque el protagonismo se lo llevaron de largo los componentes de su banda. Tal vez eso lo engrandezca: saber ceder el protagonismo para que gane el conjunto. Me gustaron mucho las versiones que tocaron (y alguna cantaron) de "En tierra extraña" y de "Ojos verdes". Además, en algunos momentos del concierto también participaba Concha Buika, la cual había visto alguna vez por la tele (me quiere sonar, al menos), aunque si os digo la verdad, sus intervenciones no me gustaron demasiado. Me gusta que las canciones se interpreten con sentimiento, pero de ahí a los estertores que le entraban a esta chica en el tema "Volver, volver" va un mundo.

La segunda parte del concierto me encantó. Chucho Valdés y su grupo nos hicieron gozar a todos con homenajes varios, danzones y mambos. Un maestro rodeado de maestros. El momento que nos regalaron Lázaro Rivero y Yaroldy Abreu (que me se los nombres porque vienen aquí, no os penséis) cuando empezaron a jugar con la percusión y los micros fue impagable. Pero vamos, cada uno por separado demostró ser un monstruo, y en conjunto fueron insuperables.

Por último (para mí, porque me tuve que largar para poder abrir los ojos esta mañana), actuó Bebo Valdés, que a sus 90 añazos nos regaló a los vitorianos una "Paloma" (de Sebastian Yradier) y algunos temas junto a su hijo. Impresionantes...

Además, antes de que empezara el concierto Funk Off animó la espera con una de sus actuaciones. Todo un show!




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